La Cueva del Chicho es una de las cuevas subterráneas más destacadas e interesantes del país. Enclavada dentro del Parque Nacional Cotubanamá, sus aguas cristalinas de color aguamarina atraen a muchos visitantes.
También contiene numerosos petroglifos que comprueban la presencia de los taínos en este lugar. Podrás sumergirte en sus aguas dulces y azules que asemejan un lago, o si eres buzo certificado en cuevas, podrás aventurarte más adentro con tours de buceo que se reservan con operadores autorizados en Bayahíbe o La Romana.
Parte de los manantiales de esta zona tienen, en la caverna que los alberga, un rincón dedicado a los petroglifos, lo cual, para los antiguos habitantes del área, los convertía no solamente en lugares donde aprovisionarse de agua, sino en auténticos templos cargados de magia y de espiritualidad.
La visita a este tipo de destinos cada vez gana más popularidad entre los apasionados del turismo interno, que a su vez están interesados en vivir experiencias que muestren nuestro pasado antropológico. Para nuestros taínos hubo un lugar súper especial en una maravillosa caverna subterránea, solo conocida entre buzos y que ustedes podrán enterarse ahora.
La Cueva de Chicho en Bayahibe, es un histórico sitio y auténtico templo taíno que guarda magia y todavía tiene petroglifos que hicieron los primeros habitantes de nuestra isla en el lugar ceremonial.
Se encuentra el punto culminante del sendero a Padre Nuestro, un área pequeña del Parque Nacional del Este, ubicada en una depresión entre dos farallones calizados denominado valle de la Sábila, cerca de las áreas turísticas de Bayahibe y Dominicus.
En este lugar el silencio es sólo interrumpido por el eco de las gotas de agua. Nunca en mi vida había nadado en un agua tan transparente como ésta” detalla Alejandra tratando de encontrar palabras para describir este lugar.
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